
La autoestima no se puede conquistar ni sustraer, es un fruto del amor a si mismo y lógicamente del
conocimiento propio pues nadie puede amar lo que no conoce. Actitudes positivas y valores, dos conceptos
para cultivar y creer en el propio valor, ante un mundo descreído, desvalorizado y agitado, que exige la
posesión de un fuerte “yo”, con un sentido claro de identidad. La falta de modelos valiosos, los escasos
motivos para adherirse a la vida pública y la desorientación social, obligan hoy a consolidar una personalidad
propia, sólida y estable para no sucumbir.
Valores y autoestima, o el valor de conocerse y amarse, es un planteamiento serio y difícil frente a lo
que se viene exponiendo. Este estudio tiene como objetivo la comprobación de la relación de la vivencia
de los valores y el nivel de autoestima. ¿Qué se pretende lograr?. Marcar directrices pedagógico-didácticas,
ir de la teoría a la práctica, del planteamiento del problema a la vivencia existencial para lograr el crecimiento
personal. El planteamiento está hecho, falta dar la respuesta sobre cómo lograr resultados positivos que
ayuden a orientar la educación y a los educadores.
¿IMPORTA CÓMO EDUCAR?
Aun cuando en las ciencias humanas las respuestas no pueden ser ni mecánicas, ni exactas, la
metodología adecuada en educación puede ser una excelente herramienta para lograr resultados positivos.
Una de las experiencias que está produciendo resultados excelentes, es el desarrollo de la didáctica del
Método Antropológico que de acuerdo con Martínez García (1993): “Supone una Metodología activa,
de reflexión crítica compartida”, (P 8), mediante la cual se considera que se puede llegar a reestructuraciones
cognitivas que incluyen la verificación lo más ajustada posible de la propia personalidad y su expresión
conductual, visión del mundo y de los acontecimientos vitales de sí mismo y de los demás.
Este método compagina el autodescubrimiento con el contraste crítico de lo autodesvelado por sí
mismo y por los otros: compañeros, profesor; suscita y fomenta la creatividad, es un método motivador y
mediante la propia interpelación y profundización, ayudará al descubrimiento de los propios valores.
En educación hay que seguir pensando que tenemos un camino de esperanza por delante pues el
mejor material de trabajo que pueda existir, son los seres humanos; la mejor medicina y la mejor terapia
para satisfacer sus necesidades en el campo educativo, es una buena metodología, es el bien hacer, el bien
educar. La educación es la mejor estrategia para autorrealizarse. La autorrealización implica la vivencia de
la autoestima, lo cual lleva implícito el conocimiento de los propios valores. Puede ser que haya llegado el
momento del cambio necesario y real, cuando lo urgente, dé paso y tiempo a lo importante.
Como no se puede seguir solo teorizando, una de las soluciones puede ser el cambio en la metodología,
una didáctica vivencial, participativa, reflexiva; que ayude al crecimiento personal y profesional de quienes
en el proceso educador, se conviertan en nuestro mejor material de trabajo: los alumnos. El desarrollo del
Método Antropológico, puede ser la clave para lograr los cambios deseados en educación y el mejor
medio para el desarrollo de la autoestima y el desvelamiento de los valores.
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